Relación de Costa Rica con Francia
Las relaciones entre Costa Rica y Francia empezaron el 12 de marzo de 1848 con la firma del tratado Toledo-Baradere. El primer agente diplomático de Costa Rica en París fue el ministro plenipotenciario Sr. Felipe Francisco Molina y Bedoya; que presentó el 4 de agosto de 1849 cartas credenciales al Príncipe Luís Napoleón, presidente de la República Francesa. El primer agente diplomático francés acreditado en Costa Rica fue el Sr. Dagobert Fourcade, reconocido como Encargado de Negocios el 24 de septiembre de 1850.
En el Monumento Nacional, está inscrito el lema francés “Libertad, Igualdad, Fraternidad” así como los conceptos de nación y de patria. La obra fue confiada al escultor francés Louis Belleuse.
Las relaciones entre ambos países se profundizaron a lo largo de los años, tanto desde un punto de vista diplomático como comercial y cultural.
Ambos países comparten valores comunes como la paz, el respeto de los derechos humanos y la democracia. Firmaron un número importante de tratados y acuerdos bilaterales de cooperación en diferentes campos, como la cooperación cultural, técnica, científica, la conservación de recursos naturales y migratorios y existen también varios acuerdos entre universidades costarricenses y universidades francesas para favorecer los intercambios de estudiantes.
Existen hechos en la historia y la cultura de ambos países que son testigos de esta relación profunda entre ambas repúblicas:
La bandera tricolor actual (blanco, azul y rojo) fue dibujada en 1848 por Pacífica Fernández Oreamuno, esposa del Presidente José María Castro Madriz, quien se inspiró de la bandera francesa.
Noble patria, tu hermosa bandera es el himno nacional de Costa Rica desde 1853. Compuso su música Manuel María Gutiérrez, quien la dedicó al francés Gabriel-Pierre Lafond (1802-1876). Entre 1857 y 1860 fue Ministro Plenipotenciario de Costa Rica en Francia. Lafond fue el primer agente consular nombrado por Costa Rica. El compositor Manuel María Gutiérrez le dedicó el Himno Nacional de Costa Rica, según consta en la primera edición de su partitura, realizada en París en 1864. Lafond recibió varios reconocimientos: la Legión de Honor (Francia), el Orden de Isabel la Católica (España) y el Orden de Santo Gregorio el Grande (Santa Sede).
En el edificio del Museo del Arte Costarricense (antiguo aeropuerto Juan Santamaría) se encuentra el “Salón Dorado”, esculpido por el artista francés Louis Feron. El escultor francés tenía que realizar una pintura al fresco para el Salón Diplomático del Aeropuerto y realizó relieves en bronce en todas las paredes del salón que sintetiza el desarrollo del país desde la llegada de los europeos hasta mediados del siglo XX.
La estatua del héroe nacional Juan Santamaría también fue realizada por el escultor francés Francis Eugène Antoine Durenne (1860-1944).
La primera escuela para niñas fue dirigida por la monja francesa Hermana María Barthélemy de Sion. En 1887, para la inauguración del Teatro Nacional (cuyo arquitecto se había inspirado de la ópera de París), la compañía de ópera francesa había cantado la antigua letra del himno nacional seguida de la Marsellesa.
Desde el final del siglo 19, el empresario David Tournon se había dedicado al comercio o al cultivo del café. Esto explica que el barco anclado al puerto costarricense que figuraba en el billete de 5 colones de la época, llevara la bandera francesa.
Otro costarricense que no puede dejar de ser mencionado cuando se habla de lazos históricos entre Francia y Costa Rica es el Marqués Manuel María de Peralta.
El Marqués Manuel María de Peralta se volvió uno de los diplomáticos de mayor renombre de Costa Rica. Su representación como diplomático de Costa Rica también fue reconocida por los diferentes gobiernos extranjeros con los que estuvo en contacto. Esta fue de hecho la razón por la que recibió numerosos reconocimientos a lo largo de su carrera tales como Oficial del Orden de Leopoldo de Bélgica, Oficial de la Instrucción Pública (Francia), Comendador de la Legión de Honor (Francia), la Gran Cruz al Mérito Militar(España), la Gran Cruz al Mérito (Chile), Comendador de la Corona (Italia) y la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro (Santa Sede).
Los círculos intelectuales y diplomáticos parisinos deploraron tanto la muerte del diplomático prominente y erudito que un diario parisino afirmó:
“Los excelentes servicios brindados por este gran hombre inspiraron al gobierno a confiarle el cargo de representarlo en Francia durante cuarenta y dos años en los que conservó con nobleza y dignidad su puesto entre los grandes personajes que ilustraron la diplomacia en todos los países.”
El funeral del ilustre diplomático fue celebrado con una profunda solemnidad en la iglesia de la Madeleine en la capital francesa. El gobierno de la República francesa ordenó honores militares a la memoria del ilustro caballero. Este homenaje fue celebrado por el vigésimo tercer regimiento colonial de París, dirigido por el General de Barbeyrac Saint Maurice. El gobierno de Costa Rica así como la familia del reconocido funcionario de la Patria fueron representados en este gesto por el Encargado de Negocios ad ínterin Francisco José Peralta Sancho, sobrino del marqués y primer secretario de la Legación.
Recientemente, el Instituto Diplomático de Costa Rica recibió el nombre de Instituto Manuel María de Peralta en honor a uno de los funcionarios diplomáticos más importantes de la historia de Costa Rica.
Entre las 900 placas conmemorativas que conciernen acciones de resistencia, figura el nombre del antiguo Embajador costarricense, Luís Dobles Segreda.
Luís Dobles Segreda pronunció un discurso el 15 de septiembre de 1941 en Francia, cuando el país estaba ocupado por las tropas nazis y dividido en dos. Luís Dobles Segreda habló en nombre de los 5 países de América Central el día de su independencia. Ese discurso lo volvió famoso sobre todo en los círculos intelectuales y gubernamentales del gobierno de Vichy, y su discurso tuvo repercusiones en eventos posteriores. Luís Dobles Segreda calificó a Francia de tierra de comprensión, de país fundador de valores esenciales como la democracia, la república o los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Al elogiarlo, insistió sobre el hecho de que la música francesa y también la cocina, los autores y filósofos así como la moda son muy apreciados del otro lado del Atlántico.
Hoy en día, Costa Rica sigue siendo francófila. Existe en el país una Alianza Francesa, un liceo francés y unos mil profesores de francés (de los cuales la mayoría son de origen costarricense). También existe un Parque de Francia y unos 3000 residentes franceses que tienen pequeños restaurantes, hoteles, peluquerías o pastelerías. Además, unos 24 000 turistas franceses visitan Costa Rica cada año.
La capital de Costa Rica vivió el 19 de marzo de 2006, “día de San José”, una noche muy francesa, con la inauguración de la nueva iluminación del “Teatro Nacional”, una de las obras más notables del patrimonio arquitectónico de Costa Rica. Este “alumbramiento” fue preparado y realizado por las empresas “Arquitectura-Luz”, Citelum y Sonepar, con el apoyo de la agencia de urbanismo de Lyon y del centro cultural de cooperación para América Central. Los plazos fueron muy cortos ya que la primera visita de los diseñadores se había llevado acabo en agosto 2005.
La instalación luminosa fue la obra del notable diseñador de luz, Alain Guilhot, reconocido mundialmente (iluminación en rojo de la Torre Eiffel en 2004, de la Oriental Peral Tower en Shanghai, del palacio del Ermitage en San Petersburgo, etc.).
Esta inauguración se inscribía en el programa del “Festival Internacional de las Artes” (FIA) al cual aporta una contribución sustancial con las manifestaciones previstas en nombre del Festival de la Francofonía y de “San José Capital Ibero Americana de la cultura 2006”. Así, la noche misma, en el parque de la Sabana, la compañía francesa “Illiotopie” (teatro acuático) tuvo un gran éxito delante de 10 000 espectadores, lo que llevó al principal diario costarricense a resumir el evento con un sólo título: “Francia deslumbra en el Festival Internacional de las Artes.”
PRINCIPIOS DE LAS RELACIONES ENTRE COSTA RICA Y FRANCIA
El Tratado de amistad, de comercio y de navegación entre Francia y Costa Rica se firma el 12 de marzo de 1848, gracias a la iniciativa del primer presidente de Costa Rica, José María Castro, en el poder de 1847 a 1849. El inicio de las relaciones diplomáticas entre ambos países está representado por el Tratado Toledo-Baradère, Toledo es el nombre del enviado plenipotenciario de Costa Rica (Nazario Toledo Baradère) y Baradère el nombre del Cónsul francés en América Central (Jean-Marie Raymond Baradère). Francia ratificará el tratado un año más tarde, en 1849.
El 4 de agosto de 1849, Felipe Molina Bedoya, primer diplomático costarricense en Francia, presenta sus Cartas Credenciales como ministro plenipotenciario a Napoleón Bonaparte.
En 1850,Molina Bedoya deja Francia para mejorar las negociaciones sobre las relaciones diplomáticas con los otros gobiernos europeos. A partir de ese momento, todos los representantes costarricenses en Francia serán Ministros plenipotenciarios. A mitad del siglo XX, Costa Rica elevará su misión diplomática al rango de embajada.
TRATADOS BILATERALES ENTRE COSTA RICA Y FRANCIA
Los tratados bilaterales entre Costa Rica y Francia pueden ser consultados en esta página Web del Ministerio de Relaciones Exteriores de Costa Rica o en la página Web del Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia: http://www.legifrance.gouv.fr.
Una vez encontrado el país de su representación, hacer clic en el botón de buscar, para dirigirse al detalle que muestra las distintas representaciones entre Costa Rica y el país escogido.